El verano todo el mundo lo asocia rápidamente a la playa, baños refrescantes en grandes extensiones de arena bajo el sol, normalmente y salvo alguna que otra excepción, con un montón de gente alrededor. Tal vez parezca algo raro, pero si me pongo a recordar las veces que visito las playas de Asturias, la gran mayoría de las ocasiones es durante el invierno.
Y es que dar un paseo en invierno en una playa enorme, vacía de gente y con toda la tranquilidad del mundo, es un placer que no todo el mundo sabe disfrutar. El pasado fin de semana estuve unos días de relax en mi tierra y el sábado aproveché para escaparme con Pepin al "Playón de Bayas" (Concejo de Castrillón). Siempre que voy a Asturias intento hacer fotos de paisajes, me gustan sobre todo los costeros (aquí en Madrid es algo más difícil conseguirlos...), e intento mejorar con cada visita, pero se nota mucho el no estar acostumbrado a hacer este tipo de fotografía. El ojo no está acostumbrado a buscar encuadres entre rocas, calcular bien la exposición (menos mal que no tiramos con carrete...), pero es algo con lo que disfruto y me relajo.
Solamente tengo dos fotos procesadas, una es esta en blanco y negro que veis, y otra una en color con la que me fui contento para casa, pero que resultó estar movida por el hundimiento del trípode en la arena mojada, con lo que al final ha sido descartada, gajes del oficio, habrá que repetir ;-)
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