jueves, diciembre 11, 2014

Gante

Unas cuantas semanas después, me decido a actualizar el blog con alguna foto de Gante, la tercera ciudad que visitamos tras Brujas y Amberes. Como en las anteriores escapadas, cogimos el tren en la Estación Central y pusimos rumbo a esta preciosa ciudad.



Nada más salir de la estación ya se nota el ambiente universitario, cientos de bicicletas aparcadas en una plaza frente a la estación, con chavales que van y vienen sin cesar, nos daba pistas de que esta sería una ciudad algo más animada.



De la estación de Gante al centro histórico hay un buen paseo, algunos lo hacen andando y otros en tranvía. Nosotros elegimos esta segunda opción, no recuerdo el precio pero era asequible, y en unos diez minutos te plantas en el centro. Podríamos haberlo hecho andando pero por lo que vimos durante el trayecto, tampoco nos perdimos gran cosa.



Gante fue, sin duda alguna, la ciudad donde más bicicletas vimos, todo el mundo se mueve a pedales, y claro está, la ciudad está preparada para ello, aunque muchas zonas sean adoquinadas, pero eso no es impedimento para que te cruces con bicis en todo momento y en cualquier parte.



Tras ver la Iglesia de San Nicolás y la Catedral de San Bavón (que estaba en obras por fuera), empezamos a callejear siguiendo un poco las zonas que teníamos apuntadas en el mapa. Si bien seguimos algunos de los puntos típicos, también nos dejamos llevar por pequeñas callejuelas decoradas con graffitis, puentes que cruzaban los canales, y, sin saber muy bien como, acabamos tomando una Orval en una terracita junto al canal.


La zona más animada se sitúa junto al canal, lugar de reunión de universitarios y turistas, que en un día soleado como el que tuvimos, sin duda da mucha vida a la ciudad. Dos orillas llenas de gente y bares donde comer o simplemente disfrutar de una buena cerveza mientras ves pasar la gente y te relajas tras unas pocas horas pateando las calles.




Lo cierto es que Gante nos gustó mucho, entre que la ciudad es preciosa y que estaba muy animada, nos dio la sensación de que podríamos habernos quedado un par de días allí. También es verdad que el tiempo acompañó, porque por ejemplo en Brujas pasamos mucho frío, pero este día fue casi perfecto, buen ambiente, una ciudad encantadora y buena cerveza, ¿qué más se puede pedir?

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