Es curioso como con el paso del tiempo, según vas conociendo gente en el camino, te das cuenta del gran número de puntos de vista diferentes que se puede llegar a tener de las cosas. Incluso de las situaciones más sencillas y cotidianas puede haber un abismo entre dos personas a priori parecidas.
Las experiencias pasadas nos van formando una personalidad que, si bien normalmente no consigue cambiarla del todo, si que pueden moldearla haciéndonos ser de una u otra forma según lo positivas o negativas que hayan sido estas.
La realidad está ahí, solo hay una, en nuestra forma de ser está el distorsionarla o cogerla tal cual es. Con la fotografía pasa algo parecido, una de las cosas que más me entusiasma de este arte es el que por mucha gente que haga fotos de un mismo sitio, cada una tendrá su visión particular. Planos cerrados, abiertos, abstracciones, color, blanco y negro, es un mundo en el que nuestra visión y por qué no decirlo, el estado de ánimo o sensaciones del momento cambia por completo de un momento a otro, y con él, las imágenes captadas.
La realidad está ahí, solo hay una, en nuestra forma de ser está el distorsionarla o cogerla tal cual es. Con la fotografía pasa algo parecido, una de las cosas que más me entusiasma de este arte es el que por mucha gente que haga fotos de un mismo sitio, cada una tendrá su visión particular. Planos cerrados, abiertos, abstracciones, color, blanco y negro, es un mundo en el que nuestra visión y por qué no decirlo, el estado de ánimo o sensaciones del momento cambia por completo de un momento a otro, y con él, las imágenes captadas.
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