Sábado por la mañana, uno tiene que aprovechar ciertos días para realizar algunas gestiones, como puede ser acercarte al banco, hacer compras. Lo bueno de que sea sábado es que no tienes prisa ninguna, no hay que volver al trabajo, puedes comer algo más tarde, así que lo que podía ser una mañana aburrida se convierte en un improvisado paseo por el barrio de Malasaña.
Con este invierno fugaz que hemos tenido, que un sábado de febrero puedas pasearte con apenas una chaqueta es una gozada (aunque ya empieza a ser preocupante que no llueva...), y si a esto le sumas tomarse una cañita en buena compañía, en una mañana alegre, llena de gente por las calles de todo tipo y condición, uno se va a comer a casa con una sonrisa en la cara.
Pero la cabra tira al monte, y ahora viene conmigo esa nueva compañera bolsillera que sacas en el momento que menos te lo esperas, la pones a la altura de la cintura y, sin encuadrar, disparas para pillar ese momento cotidiano y típico español, tan de barrio, mientras le pegas un trago al botellín, sobre la marcha...
3 comentarios:
Los barrios populares son una fuente interminable de buenas fotos. Yo llevo dos meses trabajando en la zona de Delicias y siempre llevo una cámara en el bolsillo, porque se multiplican los momentos dignos de ser "robados".
Pues si, tienes razón, creo que es una de las cosas que más me gusta de la compacta :-)
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