Hoy no tengo muchas ganas de escribir, y no es porque no tenga cosas en la cabeza porque la verdad, con alguna menos igual vivía más tranquilo. Así que os dejo una foto de este verano por tierras extremeñas, en compañía de dos colegas y con la cámara en mano para intentar inmortalizar algún momento.
Tras una agradable conversación con este señor y su mujer, que nos ofrecieron un poco de agua para pasar mejor el calorazo que hacía, me permitió que le retratara. Su mujer era más vergonzosa así que al final no hubo foto, pero con esta creo que me conformo.
Procesado en blanco y negro por zonas, lo cuento con algo más de detalle aquí.
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