Tras hacer noche en la caótica Delhi, y haber tenido nuestra primera experiencia con el tráfico en la India (dedicaré una sola entrada al tráfico, da para mucho...), ponemos rumbo a Mandawa, situada en la región de Shekhawati, en el norte de Rajasthan. Localidad donde pueden visitarse varias "Havelis", antiguas mansiones bellamente ornamentadas con pinturas murales, abandonadas hoy en día por sus dueños, que emigraron hacia ciudades mayores en busca de una vida mejor.
Durante el trayecto pasamos cerca de fábricas de ladrillos, situadas en medio de ninguna parte, de las que dependen varias familias de la región. Y un poco más adelante es cuando tenemos nuestro primer contacto real con la India. Nuestro chófer nos pide permiso para pararse en un mercado a comprar una especie de "chicle vegetal", compuesto por varias cremas untadas en una hoja, rellenada a su vez de otros "alimentos", no es muy recomendable para los turistas (más que nada porque las hojas están en un recipiente con agua "del grifo").
Es allí donde hacemos las primeras fotos, aunque tampoco son nada del otro mundo, estamos cansados y también, por qué no decirlo, asombrados de todo lo que vamos viendo y nos van explicando.
Tras estirar las piernas y observar un poco el ambiente, volvemos al coche y reanudamos la marcha.
Ya en Mandawa, nuestro chófer, que fue un verdadero profesional durante todas las vacaciones, nos explica un montón de cosas sobre las havelis y la gente que en ellas vivían. En este primer día apenas hicimos fotos, estábamos absorviendo toda la información que nos daban, y nos olvidamos por un rato de la fotografía, estábamos desconectando de todo.
En Mandawa tuvimos la oportunidad de retratar a varias personas. La gran mayoría de los retratados durante el viaje, nos agradecían el que les hiciésemos fotos (es algo impensable en "nuestro mundo"), aunque también otros nos pedían dinero, bolígrafos, algo de comer. Apenas nos sentimos agobiados en un par de ocasiones, pero si lo piensas bien, es normal, viendo la situación en la que viven la gran mayoría...
A lo largo del día nos fuimos dando cuenta de las condiciones de luz de este país. Al menos en el mes de Noviembre, la luz en la India es bastante mala fotográficamente hablando. Cielos casi blancos (salvo en ciertas poblaciones donde vimos algo más de "azul"), una luz muy dura durante casi todo el día, salvando las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde, donde toma otro color más cálido y agradable, si la niebla y/o contaminación lo permiten claro...
Continuará... ;-)
Durante el trayecto pasamos cerca de fábricas de ladrillos, situadas en medio de ninguna parte, de las que dependen varias familias de la región. Y un poco más adelante es cuando tenemos nuestro primer contacto real con la India. Nuestro chófer nos pide permiso para pararse en un mercado a comprar una especie de "chicle vegetal", compuesto por varias cremas untadas en una hoja, rellenada a su vez de otros "alimentos", no es muy recomendable para los turistas (más que nada porque las hojas están en un recipiente con agua "del grifo").
Es allí donde hacemos las primeras fotos, aunque tampoco son nada del otro mundo, estamos cansados y también, por qué no decirlo, asombrados de todo lo que vamos viendo y nos van explicando.
Tras estirar las piernas y observar un poco el ambiente, volvemos al coche y reanudamos la marcha.
Ya en Mandawa, nuestro chófer, que fue un verdadero profesional durante todas las vacaciones, nos explica un montón de cosas sobre las havelis y la gente que en ellas vivían. En este primer día apenas hicimos fotos, estábamos absorviendo toda la información que nos daban, y nos olvidamos por un rato de la fotografía, estábamos desconectando de todo.
En Mandawa tuvimos la oportunidad de retratar a varias personas. La gran mayoría de los retratados durante el viaje, nos agradecían el que les hiciésemos fotos (es algo impensable en "nuestro mundo"), aunque también otros nos pedían dinero, bolígrafos, algo de comer. Apenas nos sentimos agobiados en un par de ocasiones, pero si lo piensas bien, es normal, viendo la situación en la que viven la gran mayoría...
A lo largo del día nos fuimos dando cuenta de las condiciones de luz de este país. Al menos en el mes de Noviembre, la luz en la India es bastante mala fotográficamente hablando. Cielos casi blancos (salvo en ciertas poblaciones donde vimos algo más de "azul"), una luz muy dura durante casi todo el día, salvando las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde, donde toma otro color más cálido y agradable, si la niebla y/o contaminación lo permiten claro...
Continuará... ;-)
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