Como comentaba en el primer capítulo del diario, la cerveza en Berlín es bastante más barata que en España. Y cuando digo bastante me refiero a que la primera que bebimos ("Berliner Pilsner"), nos costó 2 euros el medio litro...
En los restaurantes donde comimos/cenamos, era algo más cara, en torno a los 3 o 3,50 euros la de 0,5l por lo que podemos decir que el precio estaba muy bien, comparado con Madrid al menos.
Tras la estupenda primera impresión del sábado, el domingo era el gran día, acabamos reventados de tanto patear la ciudad, pero mereció mucho la pena. Empezamos por el barrio judío, al norte, donde se mezclan nuevos locales modernos con la famosa Tacheles, casa "okupa" y centro de reunión de artistas independientes. Por lo que pude informarme en internet antes del viaje, está en proceso de cierre pero aún aguanta en pie y pueden verse obras de algunos de los artistas que allí siguen.
Tras pasar por delante de la Nueva Sinagoga y darse un paseo por la zona, pusimos rumbo a la Isla de los Museos, un conjunto de grandiosos edificios que hacen de museo, por dentro y por fuera. El más conocido es el de Pergamo, pero las colas eran bastante largas y como estábamos disfrutando tanto la ciudad y el tiempo acompañaba, decidimos seguir rumbo a un mercadillo y degustar una currywurst con su correspondiente cerveza.
Antes de seguir comentar que no compramos la "Welcome Card", tarjeta de transportes y descuentos que se puede comprar en varias modalidades. Hicimos nuestras cuentas y no compensaba, ya que nos gusta caminar y esta tarjeta compensaba para hacer varios viajes al día y entrar en varios museos, cosas que no hicimos. Los bonos de cuatro viajes cuestan 8,20 €, y el billete sencillo 2,30 € (valido durante 120 minutos) o 1'50 € si es para un máximo de tres paradas de metro o seis en bus. Y si, allí se fían de que hagas exactamente ese recorrido, valides el billete y no vayas de listillo. No hay tornos en las estaciones, pero hay revisores (a nosotros nos pidieron el billete una vez, en el desplazamiento del aeropuerto al centro) que te pueden multar si no llevas el billete validado.
Después de dar un buen paseo por el mercadillo y la Isla de los Museos, pusimos rumbo al barrio de Nikolaiviertel, un pequeño rincón medieval donde comimos tranquilamente acompañados de cerveza "casera", pero esto ya lo cuento otro día :-)
Antes de seguir comentar que no compramos la "Welcome Card", tarjeta de transportes y descuentos que se puede comprar en varias modalidades. Hicimos nuestras cuentas y no compensaba, ya que nos gusta caminar y esta tarjeta compensaba para hacer varios viajes al día y entrar en varios museos, cosas que no hicimos. Los bonos de cuatro viajes cuestan 8,20 €, y el billete sencillo 2,30 € (valido durante 120 minutos) o 1'50 € si es para un máximo de tres paradas de metro o seis en bus. Y si, allí se fían de que hagas exactamente ese recorrido, valides el billete y no vayas de listillo. No hay tornos en las estaciones, pero hay revisores (a nosotros nos pidieron el billete una vez, en el desplazamiento del aeropuerto al centro) que te pueden multar si no llevas el billete validado.
Después de dar un buen paseo por el mercadillo y la Isla de los Museos, pusimos rumbo al barrio de Nikolaiviertel, un pequeño rincón medieval donde comimos tranquilamente acompañados de cerveza "casera", pero esto ya lo cuento otro día :-)
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