Una más de este país de pandereta...

Esta tarde, tras haber estado un tiempo mirando diferentes opciones, me decidí a comprar mi primera tablet Android, así que me acerqué hasta la FNAC de Castellana en Madrid. Pido mi tablet android en la primera planta, me preparan la factura y bajo a la planta principal a recoger el paquete. Hasta aquí todo bien.

En el metro, de camino a casa, me da por mirar la caja y noto que no hay precinto alguno, primeras sospechas...
Llego a casa, abro la caja y no hay nada precintado, ni la bolsa de los cascos, la tablet tiene un protector de pantalla puesto chapuceramente y, oh sorpresa, cuando la arranco lo primero que veo son fotos de una señora en su casa (nada escandaloso, tranquilos...). 

La tablet estaba usada, le habían puesto un protector de esos transparentes (pegado con un montón de bolsas de aire, vamos una chapuza) para dar el pego, pero claro... las pruebas no las borraron...

Así que con la sangre hirviendo me vuelvo a la FNAC, pido mi dinero y explico las razones. El chaval de la caja no sabía donde meterse, obvio. Me ofrecieron probar otra pero les dije que ni de broma.

Con el calentón, los nervios y las cuatro cosas que tuve que soltar allí, me fui sin poner la reclamación correspondiente, cosa de lo que me arrepiento ahora, pero lo hecho, hecho está.

No sé si habrá sido un error fortuito o es algo más común de lo que nos imaginamos, porque ya había oído cosas parecidas en ordenadores, en otras grandes superficies, pero esto me parece lamentable (por no hablar también de las fotos de otra persona que andan por ahí libremente). Me pregunto cuántos productos se venderán como nuevos en comercios de este tipo, cuando en realidad son productos usados con un lavado de cara, sería más fácil poner una sección de productos usados a un precio diferente, en lugar de intentar engañar a la gente.

Así que nada, ya que no puse la reclamación, al menos que los que lean este blog lo sepan, ojo con lo que compráis y dónde lo compráis. Por mi parte, en la FNAC ya me vieron el pelo, ¡allá cada cual!