Antes de seguir con nuestro viaje, voy a contaros un poco como es esto del tráfico en la India.
La verdad es que la primera toma de contacto fue en New Delhi, de noche. Solo os voy a decir que llegamos al hotel más blancos que la nieve primavera... :-)
La velocidad máxima en ciudad es de 50 km/h, y en carretera 90 km/h. Os puedo asegurar que no es nada recomendable sobrepasar estas velocidades, no porque te detecte algún radar (nótese el tono irónico...), sino porque te estás jugando la vida.
Para poder conducir allí es necesario tener la licencia internacional, mención a parte de que conducen por la izquierda, como los ingleses. Aunque la verdad, no nos apeteció en ningún momento ponernos al volante. Muchos coches no tienen retrovisores, y la gran mayoría de los que los tienen, los llevan plegados, hay que ahorrar espacio como sea...
Los camiones directamente no tienen, cuando quieres adelantar a uno, tocas el claxon como bien indican los carteles pintados a mano en la parte posterior de los mismos. Una vez el conductor lo oye, se aparta un poco y adelantas.
Lo más "cachondo" de todo esto es cuando ves que otro camión viene de frente y tu chófer sigue sin inmutarse. Para que esperar si entramos los tres en la carretera, apurando con cuidadín pasamos todos hombre!! Es tremendo, y las primeras veces... acojona (perdón por la expresión), por que no reconocerlo.
Tan pronto te encuentras un camión, como un carro tirado por un camello, hasta elefantes por la carretera vimos. O como un Jeep se convierte en medio de transporte de "dos pisos", un montón de gente dentro del coche y otros tantos en el techo.
Lo de los "tuc-tuc" tiene su miga también, motocarros de tres ruedas que hacen de taxi. Antes de montar pactas el precio, y luego te llevan a toda leche por la ciudad, cortando en las curvas y a escasos centímetros de la pared. Los tienen dominados la verdad, pero algún que otro ataque de risa nos dio montados en ellos...
Continuará...
La verdad es que la primera toma de contacto fue en New Delhi, de noche. Solo os voy a decir que llegamos al hotel más blancos que la nieve primavera... :-)
La velocidad máxima en ciudad es de 50 km/h, y en carretera 90 km/h. Os puedo asegurar que no es nada recomendable sobrepasar estas velocidades, no porque te detecte algún radar (nótese el tono irónico...), sino porque te estás jugando la vida.
Para poder conducir allí es necesario tener la licencia internacional, mención a parte de que conducen por la izquierda, como los ingleses. Aunque la verdad, no nos apeteció en ningún momento ponernos al volante. Muchos coches no tienen retrovisores, y la gran mayoría de los que los tienen, los llevan plegados, hay que ahorrar espacio como sea...
Los camiones directamente no tienen, cuando quieres adelantar a uno, tocas el claxon como bien indican los carteles pintados a mano en la parte posterior de los mismos. Una vez el conductor lo oye, se aparta un poco y adelantas.
Lo más "cachondo" de todo esto es cuando ves que otro camión viene de frente y tu chófer sigue sin inmutarse. Para que esperar si entramos los tres en la carretera, apurando con cuidadín pasamos todos hombre!! Es tremendo, y las primeras veces... acojona (perdón por la expresión), por que no reconocerlo.
Tan pronto te encuentras un camión, como un carro tirado por un camello, hasta elefantes por la carretera vimos. O como un Jeep se convierte en medio de transporte de "dos pisos", un montón de gente dentro del coche y otros tantos en el techo.
Lo de los "tuc-tuc" tiene su miga también, motocarros de tres ruedas que hacen de taxi. Antes de montar pactas el precio, y luego te llevan a toda leche por la ciudad, cortando en las curvas y a escasos centímetros de la pared. Los tienen dominados la verdad, pero algún que otro ataque de risa nos dio montados en ellos...
Continuará...
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