Berlín es uno de esos sitios del que todos te hablan y al que siempre tienes ganas de ir, no sabes muy bien por qué, pero sabes que tienes que ir. La mayoría me hablaba bien de esta histórica ciudad, otros me decían que era un desastre y no merecía la pena, pero como siempre nos decía mi madre de pequeños cuando nos empeñábamos en hacer algo y otros nos intentaban disuadir., "deja al crío, deja que se dé el golpe él mismo..." :-)
Antes de seguir, comentar que estas entradas tendrán más texto que buenas fotos, llevé la cámara, pero me lo he tomado muuuuy relajado, he disfrutado la ciudad mucho y me he olvidado un poco de las fotos "artísticas" (si se me permite). Por comentar algo más relacionado con la fotografía, decir que iba tan solo con mi Canon 40 + 24-105mm y la Lumix LX5, vamos, bastante ligero.
El vuelo con EasyJet fue muy puntual (el de vuelta con retraso de una media hora), y la conexión del aeropuerto de Schoenefeld con el centro, muy sencilla. Metro regional RE7 hasta Friedichstrasse, y allí cambio a la línea S25 hasta Anhalter Banhnof, donde estaba nuestro hotel. En los días posteriores descubriríamos que esta era una de las principales estaciones de ferrocarril desde la que salían los trenes llenos de población judía hacia los campos de concentración. A día de hoy, se conserva la puerta original de la estación.
Nuestro hotel estaba cerca de Postdamer Platz, conocida por sus modernos edificios, entre los que se encuentra el Sony Center y su famosa cúpula. También allí se instaló el primer semáforo de Europa, y que sigue estando como atracción turística. Desde la misma plaza ya se puede divisar a lo lejos la "Brandenburger Tor" (Puerta de Brandeburgo), e impresiona una vez allí imaginar la cantidad de soldados nazis que desfilaban atravesándola por la calle "Unter der Linden".
Aunque antes de llegar a ella, se pasa por el Monumento al Holocausto, un montón de bloques de hormigón pulido, de diferentes tamaños, que recuerda en Berlín a los judíos víctimas del holocausto. Es algo que hay que ver.
La primera impresión de Berlín fue muy positiva, calles anchas, ningún agobio, poco tráfico y muy poco ruido, y ya ni os cuento cuando nos tomamos la primera cerveza, pero eso ya lo dejo para otro día ;-p
Antes de seguir, comentar que estas entradas tendrán más texto que buenas fotos, llevé la cámara, pero me lo he tomado muuuuy relajado, he disfrutado la ciudad mucho y me he olvidado un poco de las fotos "artísticas" (si se me permite). Por comentar algo más relacionado con la fotografía, decir que iba tan solo con mi Canon 40 + 24-105mm y la Lumix LX5, vamos, bastante ligero.
El vuelo con EasyJet fue muy puntual (el de vuelta con retraso de una media hora), y la conexión del aeropuerto de Schoenefeld con el centro, muy sencilla. Metro regional RE7 hasta Friedichstrasse, y allí cambio a la línea S25 hasta Anhalter Banhnof, donde estaba nuestro hotel. En los días posteriores descubriríamos que esta era una de las principales estaciones de ferrocarril desde la que salían los trenes llenos de población judía hacia los campos de concentración. A día de hoy, se conserva la puerta original de la estación.
Nuestro hotel estaba cerca de Postdamer Platz, conocida por sus modernos edificios, entre los que se encuentra el Sony Center y su famosa cúpula. También allí se instaló el primer semáforo de Europa, y que sigue estando como atracción turística. Desde la misma plaza ya se puede divisar a lo lejos la "Brandenburger Tor" (Puerta de Brandeburgo), e impresiona una vez allí imaginar la cantidad de soldados nazis que desfilaban atravesándola por la calle "Unter der Linden".
Aunque antes de llegar a ella, se pasa por el Monumento al Holocausto, un montón de bloques de hormigón pulido, de diferentes tamaños, que recuerda en Berlín a los judíos víctimas del holocausto. Es algo que hay que ver.
La primera impresión de Berlín fue muy positiva, calles anchas, ningún agobio, poco tráfico y muy poco ruido, y ya ni os cuento cuando nos tomamos la primera cerveza, pero eso ya lo dejo para otro día ;-p
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